CREDO

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Creo que, a pesar de su aparente absurdo, la vida tiene sentido; y aunque reconozco que este sentido último de la vida no lo puedo captar con la razón, estoy dispuesto a seguirlo aún cuando signifique sacrificarme a mí mismo. Su voz la oigo en mi interior siempre que estoy realmente vivo y despierto. En tales momentos, intentaré realizar todo cuanto la vida exija de mí, incluso cuando vaya contra las costumbres y leyes establecidas. Este credo no obedece órdenes ni se puede llegar a él por la fuerza. Sólo es posible sentirlo."

- Herman Hesse -

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sábado, 11 de septiembre de 2010

Mi querido Orient-Exprés

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Un nuevo tren acaba de arribar a la estación en la que me encuentro. No es el Orient-Exprés pero tampoco es un mercancías.

Es uno de esos viejos trenes que van lentos, pero seguros; que van parando de pueblo en pueblo y puedes apearte, si quieres, y comprar unas chucherías. Uno de esos trenes en los que puedes ir disfrutando del paisaje mecida con el suave traqueteo...

Pensé que no podría subir, ¿dónde meter tanto equipaje como llevo, si el tren ya va bastante lleno? Pero resultó que, recolocando un poquito las cosas, siempre se puede hacer sitio para algo más, si tienes la suficiente paciencia y no tienes miedo a volver a empezar una y otra vez hasta que vaya encajando todo. Así que, después de recolocar los equipajes, he decidido que voy a subirme.

No sé hasta donde me llevará. Tal vez, la próxima ciudad sea el "fin de trayecto" y entonces yo tenga que bajarme y sentarme en esa nueva estación a esperar el siguiente tren.

Seguramente, me quedaré esperando un largo rato, por si aparece de nuevo el Orient-Exprés, y supongo que, más adelante, me subiré en algún otro tren, sin saber a qué destino me llevará. Lo único que sé es que no cogeré un mercancías. Ni un AVE. No tengo prisa, quiero disfrutar, suficientemente cómoda, del viaje.

No olvidaré nunca el Orient-Exprés que dejé pasar solo porque hacía mucho, mucho que no veía un tren y no supe reconocerle, pero nunca he querido ser Penélope y seguir en la estación eternamente, a esperar su regreso.

Ojalá vuelva a cruzarme con aquel Orient-Exprés. Mientras tanto... la vida sigue.

Babel

martes, 17 de agosto de 2010

Hola Narci:

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Ultimamente, al entrar en tu blog me inunda una suave sensación de tristeza.

Creo que es por que le has quitado la música (que ya sabes que me gustaba mucho), o puede ser porque lo has hecho mucho (pero mucho mucho) más comercial. Supongo que en estas épocas de crisis cualquier ingreso extra es bienvenido, pero me entristece pensar que puedas andar mal de dinero.

También puede ser que tengas el blog un poquito abandonado porque has encontrado, por fin, un amor a medida: esa morena bajita que no estaba mal que decía Sabina. Ah, no, que la morena bajita soy yo y a tí te van más las rubias.

Pues eso, que me gustaría saber más de tí. Saber que estás bien.

Te deseo lo mejor del mundo (aunque ya sabes que pienso que no te lo mereces, ¿qué quieres? yo soy así).

Babel
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jueves, 27 de mayo de 2010

El caballero de la triste figura cabalga de nuevo

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Pero no por los áridos páramos de la Mancha,
sino por los fértiles valles del Duero.
Y lo que ve a lo lejos
no son molinos, no,
que son más pequeños.

Si aquellos le parecieron gigantes
¿serían cabezudos estos?
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viernes, 7 de mayo de 2010

alas de polilla deslumbrada

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Querido Narci:

Siempre he tenido dudas sobre si hubo o no hubo feeling entre nosotros o si sólo fueron imaginaciones mías, así que he estado releyendo aquellos correos primeros, y sí, hubo feeling. Y eso que yo me quedaba compungida esperando tus respuestas, con la angustia de que pensaras que no digo más que tonterías y que pasaras de mí, pero no:  tú siempre contestabas, y ¡cómo contestabas! Con sentido del humor, con sensibilidad, con buen rollo... Vamos, que me convenciste de que podía volar.
Y volé muy alto.

Y me dí cuenta de que aquello no podía ser real y me decía a mí misma: cuanto más alto subas, más dura será la caída (te juro que me lo repetí cada día varias veces). Pero era una sensación tan indescriptible, que yo misma me contestaba: bueno, pues ya recogeré los pedazos cuando caiga.

Y caí, vaya que si caí. Resulta, que yo creí que me decías que tenía alas, y no. Lo que tú decías es que se puede volar, pero en avión o en helicóptero o con parapente... Vamos, que me caí con todo el equipo y estuve varios días en el suelo hecha trizas y sin saber como recomponerme.

Pero me recompuse. Y ahora que lo pienso, tampoco me costó tanto tiempo. Resulta que sí que me diste alas, lo que yo no sabía era volar. Y en eso ando ahora. Todavía no vuelo, voy como los gorriones, a saltitos. Y además muy despacio. Vamos, que doy un paso hacia delante y dos hacia atrás. Pero tampoco me importa retroceder porque ahora sé que es para aprender a coger impulso.

Lo que no sé es si conseguiré volar algún día pero no me importa. Como creo que ya te dije en alguna ocasión, lo que importa es estar en el camino y disfrutar de cada paso, aunque sea muy pequeño y aunque a veces sea para atrás, porque, como alguien dijo una vez, cuando estás frente al precipicio la única manera de avanzar es retrocediendo. Y yo, que estuve al borde mismo del precipicio, ahora no sé si ya me he alejado lo suficiente o si todavía estoy demasiado cerca del peligro. Espero ir descubriéndolo poco a poco, aunque tal vez, no soy la mariposa que quisiera y sólo soy una polilla de esas que entran en verano por mi ventana y vuelan aturdidas, deslumbradas por la luz de la lámpara. Sí, ¿verdad? parezco una triste polilla revoloteando deslumbrada  por la brillante luz que sale por la ventana de tu blog. Eso va a ser.

En cualquier caso, me sigue dando pena que no estés ahí para ver mis "progresos", así que seguiré escribiendo este blog, aunque sea con la triste certidumbre de que no lo leerás nunca.

Babel
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sábado, 24 de abril de 2010

You´ll never walk alone

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En el nido que construyeron los pájaros
se acomodaron los dos gatos.
El arma-cámara dispara en silencio
para no asustarlos.

"Si me das tu calor, tu compañía,
me quedaré contigo:
y seré por siempre tu guía"

El caballero triste
les contempla embobado
mientras, 
en perfecta simbiosis,
dormitan, 
confiados, 
los dos gatos.
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domingo, 17 de enero de 2010

lástima de baño


sed de río

mar improvisado

tarde gris

rascacielos solitario

nubes de espuma

reflejo encapotado

fuente inútil

lástima de baño

sed de río

mar improvisado

sábado, 16 de enero de 2010

Escarcha.... blanco....


Escarcha de plata el suelo.

Los árboles, verde, dorado
y fuego.

Azul, gris
y blanco, el cielo.


Delante, casi se ve el castillo.

Detrás, seguro, está el caballero.


babel