Has vuelto a poner música, tus fotos han vuelto a tener color. Se ve que eres feliz. Me alegro.
Ya no me necesitas. Espero haberte servido de algo en todo este tiempo. La idea era subirte el ánimo, aunque sé que la mayoría de veces lo que conseguí fue justo lo contrario.
Otro objetivo era desahogarme, éste sí que se consiguió.
Ahora seguiré desahogandome de otras cosas en otro blog.
Pero seguiré entrando en el tuyo, porque yo sí que sigo necesitándote. Sigo siendo "la triste polilla que revolotea deslumbrada por la brillante luz que emana de la ventana de tu blog".
Ha sido un placer conocerte.
Hasta siempre
Babel
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